31 julio 2006

Arquitectura

Los arquitectos debiéramos ser aquellos que pueden ajustar las predicciones lineales de los economistas; la polítca territorial y la asignación debieran tener una visión previa más ancha en cuanto a las proyecciones futuras, y no sólo mirar al mercado, que finalmente es transaccional en lo inmediato.
Por lo que no justifico la aplicación literal del mercado en hechos escenciales, que afectan de manera inesperada el futuro mediato. Los arquitectos tenemos un rol no asumido a la altura de las circunstancias, en la determinación de la causa-efecto que la economía de mercado nos impone.
Hemos abandonado el protagonismo escencial, los problemas de la pobreza, la violencia, la marginación, la ghetización de la ciudad en barrios segregados. Y esto, es producto de no tener en cuenta los otros valores que el mercado no reconoce en su transacción y donde los arquitectos no hemos hecho nada efectivo.

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